Once y Once de la mañana


Tenías que venir esta tarde y no viniste. No trajiste pan para el lonche, ni queso para untar.
Que vinieras fue algo que estuve deseando todo este día. A las 11:11 de la mañana pedí que vinieras. Cuando me mordí la lengua pedí que vinieras.Cuando alguien dijo lo mismo que dije yo pedí que vinieras. A Santa Rosita le puse una cartita pidiendo que vinieras. Prendí una velita deseando que vinieras.
Todos mis deseos fueron usados por ti.Pero no llegaste. Y ya han pasado dos años desde aquella tarde.
Ya me estoy resignando a que no llegarás. Ya estoy pensando que estás con otra. La besas y le quitas la ropa y su labial te mancha los labios. Rojo vino, arañones en la espalda.Ya separaron la clínica en dónde dará a luz y tienen una linda casa nueva.
La ansiedad me está matando ya mucho tiempo y me anuncia cosas malas por muchos años más.Me lo dice el alma cada tarde que no duermo la siesta de 4 a 5. Me lo dice el alma de 12 a 12. Me lo dice el alma de Navidad en Navidad.
Y en casa sigo preparando los desayunos que te gustaban y sigo tendiendo la cama como te gustaba. Y sigo sin entender que sucedió.
Esto me duele.Me dueles de día porque ya no despiertas conmigo.Me dueles porque no entendiste que todo era por ti.Me desespera porque ya no te hago sentir, no te hago temblar, no te causo nada.
No lo entiendo. Teníamos el alma en forma de manzana, en forma de pecado. Lastimamos a una chica que era tu novia en aquel tiempo.
Sí, empezamos mal, pero el intermedio fue bueno.
Sí, éramos chicos. Nos tomábamos de la mano en la oscuridad y nuestras pupilas aumentaban su tamaño. Tú prometías nunca dejarme.
Pero mentiste. Un día me dejaste de querer, quizá como a esa chica que era tu novia.
Agarré del botiquín algunas pastillas.Quién diría que con paracetamol se alivia el dolor del corazón, el gravol también sirve, pero yo prefiero el primero.Con todo esto podría crear un libro de cómo curar un corazón roto, lástima que el efecto solo dure unas horas.
Tomaré un paracetamol cada 12 horas, encederé la velita, voltearé el cuadro que tengo en la mesa de noche, intentaré olvidarte. Pronto tu rostro se borrará de mi mente, son las 11:11 de la noche y yo acabo de pedir que ya no vuelvas, son las 11:11 de la noche y yo acabo de pedir olvidarte.

*Lu Herrera Vásquez*

Ilustración: Lizeth Abanto Carranza
Retoque Gráfico: Sehikane

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Todas las historias del yosolitamedivierto son historias de ficción. En este blog luchamos por lograr la superación personal luego de una ruptura amorosa.

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